“Salgan rápido de nuestro país. Después no escucharemos lamentaciones”: Nayib Bukele pierde la paciencia con colombianos que delinquen en El Salvador
El pasado lunes, el mandatario envió una amenaza a los estafadores, narcotraficantes y “gestores de paz” que pretendan hacerlo, señalando que las cárceles de su país están abiertas para ellos.
A través de sus redes sociales, este 19 de julio, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, reiteró la advertencia y ultimátum que en días pasados elevó su gobierno en contra de ciudadanos colombianos que han sido detectados delinquiendo en su territorio. Les recordó que, desde esa fecha, se estableció un plazo de 72 horas para que esas personas abandonen el país, antes de que se despliegue un operativo para su captura y ajusticiamiento.
“El reloj corre, todos los falsos ‘turistas’, miembros de esta estructura de extorsión y lavado de dinero, aprovechen y salgan rápido de nuestro país”, reiteró Bukele a través de Twitter. En este tuit, también se publicó fragmento de una reciente rueda de prensa entregada por el fiscal general de su país, Rodolfo Delgado, en el que el funcionario da un parte sobre la captura de un total de 100 colombianos que conformaban una red de estafadores y lavadores de dinero que empleaban a incautos salvadoreños a través de microfinancieras.
“Después, no escucharemos lamentaciones”, reiteró Nayib Bukele en su mensaje, haciendo alusión a los delincuentes y a lo que les podría esperar en caso de ser enjuiciados y llevados a las estrictas cárceles salvadoreñas, conocidas internacionalmente por su severidad.
El pasado lunes, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, se refirió a una reciente operación policial desarrollada en su país en contra de un grupo de ciudadanos colombianos que habían constituido en ese país una red criminal dedicada a lavar dinero a través de microfinancieras que tomaban como fachada para sus crímenes.
En su pronunciamiento, como es costumbre en casos de delitos, Nayib Bukele se mostró firme en su política de castigo frente a la criminalidad, afirmando que “esas personas deberán enfrentar la justicia salvadoreña, reclame quien reclame”. Estaría haciendo alusión a que no estará dispuesto a ceder si se presentan solicitudes desde Colombia para intervenir en defensa de los ciudadanos.
Lo anterior ya se ha evidenciado en la gestión y administración de la ley salvadoreña, sin que ello represente una no garantía de su debido proceso.
En su intervención frente al caso, Bukele sentenció que “los colombianos son nuestros hermanos, pero, como en toda sociedad, siempre existe un pequeño porcentaje que quiere aprovecharse de los demás”, refiriéndose a la captura del grupo de ciudadanos por parte de las autoridades locales.
Precisamente, la noticia de la captura de este nutrido grupo de colombianos se dio a conocer este lunes, a través de una rueda de prensa ofrecida por el fiscal general de ese país, Rodolfo Delgado.
En su pronunciamiento, Bukele envió algunas pullas al Gobierno Petro, con el empleo del término ‘gestores de paz’. Señaló que las cárceles de su país están dispuestas para castigar a narcotraficantes y estafadores que pretendan ‘visitar’ su país.
Según la información dada a conocer por el propio fiscal general de El Salvador, el grupo de colombianos detenidos hacía parte de una organización que se escudaba bajo la fachada de microfinancieras que no contaban con el reconocimiento de las autoridades financieras locales. A través del ofrecimiento de préstamos con intereses cercanos al 20 %, lograban adelantar labores de lavado de activos.
Modus operandi
En ese mismo sentido, también se reveló que dichos modelos de prestamistas de dinero recurrían a prácticas violentas para el cobro de las deudas. Se han denunciado casos de lesiones, amenazas e incluso de extorsiones en los procesos de cobro.
Tras los cobros, dicha plata era enviada a Colombia, empleando en algunos casos las mismas cuentas bancarias de los deudores, con el fin de no despertar sospechas.
“Cuando un salvadoreño no puede, por algún motivo, pagar un préstamo que ha recibido, en ese momento, le usurpan su identidad. Con ello, obtienen principalmente cuentas bancarias, tarjetas de débito; posteriormente, el dinero es remesado a estas cuentas y trasladado al extranjero”, dijo el fiscal general de El Salvador.
Las cuentas bancarias que utilizan mediante la usurpación de la identidad son el lugar al que destinan los dineros recolectados por medio de diferentes estafas, inclusive informáticas. Según las autoridades salvadoreñas, cerca de 20 millones de dólares han sido enviados a Colombia.
El grupo delincuencial estaba conformado por administradores, coordinadores y reclutadores que se dedicaban a supervisar las actividades de las personas que se encargaban de dar los créditos y las que se dedicaban a hacer los cobros mediante amenazas y actos violentos. El dinero que ofrecían a los salvadoreños mediante préstamos gota a gota provenía de otros países. Los dineros ingresaban por medio de transacciones bancarias y eran enviados a las cuentas bancarias de las víctimas, cuentas que posteriormente eran usurpadas.
“Hasta la fecha, se han identificado aproximadamente tres mil denuncias de hechos criminales, principalmente estafas informáticas cometidas por colombianos y que, de hecho, están atribuidas a esta organización criminal”, aseguró Delgado.
No obstante, la actividad ilegal cayó bajo la lupa de las autoridades salvadoreñas, quienes, de acuerdo con el informe, lograron determinar que desde el año 2021, a la fecha, esta organización habría cobrado millones en préstamos ilegales y cometido extorsiones ante el no pago de la deuda.
Sobre el particular, en la presentación del caso realizada por el fiscal salvadoreño, este reseñó que los dineros empleados para los ‘préstamos’ eran de procedencia ilegal. Según él, esta organización de colombianos se lucraba de dividendos derivados a su vez del negocio del narcotráfico y de las peligrosas pandillas.
En un llamado a la sociedad de su país, el funcionario judicial pidió que no se dejen engañar y eviten ser incautos frente a esta clase de personas, que emplearon la identidad de ciudadanos salvadoreños para enviar el dinero mal habido a Colombia.
En ese mismo orden de ideas, las fuerzas policiales de ese país se pronunciaron sobre la existencia de más de 2.700 denuncias referidas a estafas financieras ocurridas a través de medios digitales, de las que se presume también son responsables un grupo de connacionales colombianos.